jueves, 13 de septiembre de 2012

EL GOBIERNO


El gobierno

                                               
Usualmente se entiende por gobierno la rama ejecutiva del poder público.
Esta puede confundirse fácilmente con el Estado, concepto más amplio
que involucra no sólo el aparato burocrático de todas las ramas del poder
público sino también, según la acepción de algunos teóricos, el conjunto

de relaciones de poder existentes en el dominio público. Esta asimilación
de un concepto al otro pudo perfectamente ocurrirles a los jóvenes que
respondieron el cuestionario. No parece pertinente esperar que los estudiantes de 8° manejen con rigurosidad estos dos conceptos.
Como veíamos hace un momento, el gobierno nacional no goza de un
grado de confianza alto; sin embargo, los jóvenes esperan que cumpla
una gran cantidad de funciones, especialmente relacionadas con el orden
y el bienestar social. La situación no es paradójica, en tanto que la poca
confianza en el gobierno deriva de una percepción concreta del Ejecutivo
de turno y de las administraciones recientes, mientras que lo esperado de
aquél alude a una realidad eventual.
Los jóvenes consideran que “definitivamente debe ser responsabilidad del
gobierno”, en primer lugar, garantizar la paz y el orden del país (75%);
luego, proporcionar los servicios básicos de salud para todos (68%), asegurarse que tanto los hombres como las mujeres tengan iguales oportunidades políticas (58%), proporcionarles un nivel de vida digno a los ancianos
(55%) y proporcionar educación básica gratuita para todos (53%).
En el otro extremo están quienes consideran que “definitivamente no
debe ser responsabilidad del gobierno” promover la honestidad y el comportamiento ético de los ciudadanos (11%), controlar la contaminación
del medio ambiente (10%), garantizarle un empleo a todo el que quiera
uno (10%), reducir las diferencias de ingreso y bienestar entre la gente
(9%) y proporcionarles a las industrias el apoyo que necesiten para su
crecimiento (7%).
Como se ve, mientras lo que se espera del gobierno es apoyado por un
alto porcentaje de los jóvenes, lo que no se considera como una responsabilidad suya alcanza unos porcentajes pequeños.
La categórica exigencia que se le hace al gobierno de que garantice la paz
y el orden no requiere mayor justificación para quien se asome al país:
cerca de cincuenta años de guerra apenas interrumpida, cientos de miles
de desplazados y muertos, cientos de masacres y secuestrados y, con todo
ello, la conciencia de la fragilidad legal, la impotencia de los desarmados,
la angustiante perspectiva de la inviabilidad de la nación colombiana. La
mirada sobre la violencia en Colombia se ha centrado en la de tipo polí-
tico, quizás por ser más fácilmente transformable en noticia por los medios de comunicación y por cuestionar más directamente los patrones deU N A  C O M P A R A C I Ó N  I N T E R N A C I O N A L
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poder y los valores de la sociedad colombiana mayoritaria. Sin embargo,
en nuestro país coexisten y se combinan diversos tipos de violencia, tanto
organizada como no organizada, política y común, de afinidades políticas de izquierda y derecha.
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 De ahí que la inseguridad se perciba, en
forma protuberante, como el mayor problema del país. Pero, es la violencia causa, consecuencia o también expresión de otros problemas, como la
profunda desigualdad de ingresos, las limitaciones del sistema político,
las políticas de los países poderosos del continente, la supremacía de la
racionalidad privada en la mentalidad del colombiano?

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